Memorias de una lectora de sábanas
























(En librerías desde mediados de noviembre)

Publicada en 1974 por la editorial de Jean-Jacques Pauvert, Memorias de una lectora de sábanas, firmada con el seudónimo de Belen, fue prohibida de inmediato por la censura francesa y privada de su difusión. El incesto, la zoofilia, el amor libre y el viento libertario hinchando las velas del Sperma en el que navega la heroína por todos los mares del pla­neta alentando las revueltas contra la represión puritana fue­ron demasiado para los censores franceses, que acababan de verle las orejas al lobo durante el aún cercano Mayo del 68. Casi cuarenta años más tarde, esta novela, que no ha perdido nada de su desparpajo y de su alegre provocación a las almas bienpensantes, llega por fin al público de habla española.

Una divertida fábula libertina y libertaria

Nelly Kaplan (1936) es una de las grandes figuras del cine francés. Su primer largometraje, La fiancée du pirate (1969), cautivó a Francia y dio la vuelta al mundo. Nacida en Buenos Aires, llega a París en los años 50, trabaja con Abel Gance durante diez años, conoce a Breton, Soupault, Mandiargues... y, paralelamente a su carrera, desarro­lla su obra lite­raria.


El poder femenino, que se distingue de la nostalgia del eterno femenino en que se trata de un levantamiento revolucionario con el apoyo de las fuerzas pánicas de la naturaleza: he ahí la propuesta de Belen [Nelly Kaplan] para completar la destrucción del viejo orden sórdido en el que el mundo entero se asfixia. Todos los poetas, todos los artistas y todos los amantes dirán que sí con entusiasmo.

André Pieyre de Mandiargues